Salud

A pesar del carácter intuitivo que presenta, la definición dada de salud es necesariamente ambigua, ya que existen múltiples grados en la valoración de lo que se ha denominado funcionamiento correcto del organismo. Por una parte, el estado de salud de una persona puede verse temporalmente modificado por un accidente o enfermedad, cuya gravedad puede variar entre límites muy amplios, desde un simple malestar hasta un proceso global que afecte en su conjunto a todas las constantes físicas del paciente. Por otra, un individuo puede gozar de un estado de buena salud dentro de una limitación física o psíquica más o menos importante, como puede ser el caso de un invidente o de cualquier otro tipo de minusválido no afectado por ninguna otra alteración orgánica más que la debida propiamente a su minusvalía. Además, una gran parte de la población que disfruta de unas condiciones físicas que pueden catalogarse como aceptables dista mucho de presentar un estado de salud óptimo, de acuerdo con lo que cabría esperar según su constitución, edad, etc.