Parto por cesárea

INTRODUCCIÓN

La cesárea es un procedimiento quirúrgico para extraer el bebé del útero mediante una incisión abdominal. Actualmente, en España, 1 de cada 4 nacimientos se producen por cesárea, el 40% de los nacimientos en clínicas privadas no son naturales. En la intervención, la madre está en todo momento despierta, y selectivamente anestesiada para no sentir dolor, por lo que puede ver y oír al su bebé. Consiste en practicar una incisión en la zona abdominal inferior, y otra en el útero. Tras vaciar la bolsa de líquido amniótico, se extrae el bebé. La intervención generalmente se realiza cuando el trabajo del parto avanza con mucha lentitud, parece existir sufrimiento fetal o cuando la madre presenta sangrado vaginal. A menudo se requiere una cesárea si el feto está en posición podálica (sentado) o transversa (atravesado en el útero), o si su cabeza es demasiado grande para pasar por la pelvis materna. Los nacimientos mediante cirugía son más probables cuando se trata de un bebé grande o de una madre primeriza o añosa. Debido a esto, el aumento de las tasas de intervenciones cesáreas a partir de 1970 refleja en parte el incremento proporcional del peso promedio al nacer, el nacimiento de primogénitos y la tendencia a una maternidad tardía. Otras explicaciones planteadas incluyen el mayor uso del monitoreo electrónico fetal, el temor de las médicos a las demandas por mala práctica y el deseo de evitar un parto difícil. Existen datos que reflejan que el procedimiento de cesárea es muchas veces innecesario e incluso perjudicial en muchos casos ya que ha aumentado mucho el número de casos de partos vaginales tras una cesárea previa. Aproximadamente el 4% de las cesáreas tienen complicaciones serias como hemorragias e infecciones. Puede existir un importante riesgo para el bebé al obviar el esfuerzo por nacer, el cual aparentemente estimula la producción de hormonas que pueden colaborar en su adaptación a la vida fuera del útero. Sin embargo, hay argumentos en defensa de la cesárea ya que deben sopesarse los riesgos de los partos vaginales con ayuda de fórceps o succión, o tras una cesárea previa. El mayor riesgo es que todo el trabajo del parto no tenga éxito y todo termine en una cesárea. Las posibilidades de una hemorragia cerebral, por ejemplo son mayores en un parto vaginal intervenido o cesárea tras un tiempo de esfuerzo que en un parto vaginal normal o una cesárea realizada antes del trabajo del parto. La recuperación después de una cesárea requiere más tiempo que la recuperación después de un parto vaginal. Después de una cesárea, es común permanecer en el hospital entre 3 y 4 días y que la recuperación completa lleve de 4 a 6 semanas. Por lo general, la hospitalización por un parto vaginal es de 2 días, y la recuperación completa requiere menos tiempo que en un parto por cesárea. La cesárea también es más costosa económicamente que el parto vaginal.

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