Edema

Filtración y reabsorción capilar

Este movimiento está regido por leyes fisicoquímicas, como demostró Starling en 1896, y se realiza a través de los capilares de todo el organismo que tienen varios miles de metros cuadrados de superficie y unos 100.000 Km. de longitud. La sangre fluye por ellos desde las arterias a las venas, desde el sitio de más presión al de menos. En el extremo del capilar más próximo a las arterias la presión sanguínea es de 32 mm. Hg., presión de empuje que sirve para ultrafiltrar el plasma hacia el espacio intersticial. A esta fuerza se opone otra de signo contrario, la presión oncótica de las proteínas que tiende a retener el agua alrededor de las moléculas proteicas. Esta presión oncótica es de unos 25 mm. Hg., fuerza contraria a la presión hidrostática o sanguínea, por lo que la presión eficaz de filtración sería de unos 7 mm. Hg. En el espacio intersticial hay otras fuerzas similares aunque de poca magnitud y menor importancia. Según avanza la sangre por los capilares las condiciones se van invirtiendo progresivamente, ya que la presión sanguínea disminuye hasta alcanzar un valor aproximado de 12 mm. Hg. en su extremo venoso; al mismo tiempo, la presión oncótica de las proteínas aumenta al estar más concentradas por la salida del líquido plasmático; también la presión mecánica tisular es más elevada. Por tales razones, al acercarse la sangre capilar a las venas la filtración se va deteniendo y, por el contrario, se favorece la reabsorción, es decir, la reentrada de líquido y solutos hacia la sangre. Por otra parte, hay que contar con la derivación del líquido intersticial hacia los canalículos linfáticos -drenaje linfáticoque, en definitiva, lo llevan de nuevo a la sangre.

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